Bien, aunque ya es el día siguiente,me alegro de comentarles que ayer (lunes 29 de enero de 2018), después de 3 largos días de trabajo, oficialmente:
a) recibí mi primera nómina
b) firmé por primera vez algo legal
c) por ende, fue mi primer sueldo
d) fui contratada oficialmente (¡al fin)
No sé cómo sentirme. Es un nuevo reto. Tengo qué ponerme las pilas y dar todo de mí. Como siempre. Creo que esta vez, no quiero hablar demasiado de esto. Mejor me lo guardo para mí... Alegrías compartidas no significan nada en estos momentos para mí. Sólo quiero... sonreír. Y dormir. Y un té.
lunes, 29 de enero de 2018
domingo, 28 de enero de 2018
Miedo.
Dicen que es normal tener miedo a lo desconocido. Y, aunque sé que es cierto, a veces me recuerda lo frágil que somos. Estoy ocupada, preocupada, y más que nada, adaptándome. Espero todo sea mejor que para la chica de las estrellas...
viernes, 26 de enero de 2018
El amor por el aroma.
No sé cómo definir de mejor manera esta deliciosa sensación. Y es que, desde el momento justo en que me saludó, sentí eso. <<Ese>> aroma, que me fascina, me derrite, me conquista y me desarma (aunque, ante sus ojos) simplemente no me mueva, no reaccione, no haga nada, por dios, cada abrazo tuyo cada mañana es... inmejorable. Fuiste el primero en saludarme, y en recibirme y ayudarme. Tu nombre es increíble, y aunque, algo feo para la mayoría, lo usas muy bien. Desfachatez se ve en tu persona, sinceridad y... cigarro. Sí, cigarro. Siempre que te observo estás fumando. Tomando. Y hablas el inglés con una fluidez.. envidiable. Me saludas, me besas la mejilla y me quedo con tu esencia por todo el día. Amo tu aroma, tu esencia, simplemente, lo que anhelo cada día. Y es que si pudiera encapsularte en un perfume que no se opacase nunca, lo haría sin dudarlo. Pequeño monstruo, me tienes en tus garras.
martes, 23 de enero de 2018
Día de celebración
Cuando pasas una tragedia, es cuando te das cuenta que realmente te estabas ahogando en un vaso de agua. Porque las cosas no son ni serán como tu crees que es la realidad. La verdad,hoy pasó algo místico en mi vida, casi mágico. Algo que me hizo derramar lágrimas como Magdalena, como una lluvia de sentimientos. La verdad ahorita ya no siento con el mismo fulgor y calor aquella extraña sensación que me abrazaba en aquel momento, pero sigo teniendo ese recuerdo de satisfacción al saber que logró lo que quería, mi cometido. Pequeño caballito, tengo qué bendecirte o algo. ¿Recuerdan lo de mi entrevista? Pues fue mejor de lo previsto. Porque aquel fatídico (y emocionante) día en mi existencia, se convirtió hoy en una de mis mayores alegrías. Resulta que... sí, hoy fui contratada. Aplausos fuertes para mí, camaradas. Este embriagante sentido de superación me motiva a moverme más y más. Dios, hoy es una belleza de día. Espero todo continúe igual... o muchísimo mejor.
lunes, 22 de enero de 2018
Disfruta el silencio.
A veces, vemos la calma como un premio más allá de nuestras acciones. Como mero razonamiento o simpleza humana, el silencio es para algunas personas, tan gratificante como el descanso mismo. Dicen por ahí que <<las palabras sólo lastiman>>, pero depende de con qué filo las lancemos. Un cuchillo siempre te lastimará si lo encajas con fuerza, aunque sea de plástico. Y a la vez, un mago puede sacar de su garganta una espada completa si es cuidadosa. ¿Cuál es la diferencia? La fuerza. El ímpetu. El objetivo. Hablar conviene siempre que se diga lo que se siente realmente, y no lo que las emociones te obligan a sentir en el instante. Ahí, sólo dirías no tanto lo que piensas, sino lo que crees que piensas en el momento. Es como desnudar a alguien y refugiarte en su persona, en su piel... No ocultarnos entre lo que creemos. Sino hacer lo que creemos. Un hombre alado, extraña la tierra...
domingo, 21 de enero de 2018
Tenías un temperamento como mis celos...
Te necesito. No puedo negarlo. Porque esas arrinconadas que da la vida no las da de gratis. Algo he de obtener. Y espero seas tú. Espero sea... más de lo que pueda darte. Porque no quiero que nos digamos adiós, ni una vez más.
sábado, 20 de enero de 2018
A un minuto de tí, voy detrás de tí... A un minuto de tí, te seguiré.
Eso es el amor, la primera impresión que nos llevamos de los demás. Nada es para siempre, eso ya lo sé, pero cuando caigo en cuenta, duele más de lo que desearía. No me refiero únicamente al amor de pareja, a veces tan superficial y sin gracia. No. Esta vez quiero dar pauta a un amor más profundo y certero. Al amor propio, puede ser. Al amor a la familia... A tus hermanos. A tus padres. ¿Les debes amar? No necesariamente. Todo se gana en esta vida. Pero creo que por el mero hecho de venir de su sangre y salir de sus entrañas, algo de respeto merecen, ¿no? De cualquier forma, no estarías en este mundo si no fuese por ellos. Entonces, ¿debemos amar porque sí? Nunca podré responder esta pregunta, al menos no de manera íntegra, porque lo que yo responda siempre será contrario a lo que yo realmente haga. Cuando pienso en ello, a mi cabeza vienen pensamientos como "no. No debes amar porque sí. Deben ganárselo". Pero, al final del camino, yo amo sin importar quién sea, más bien, amo por amor al arte. Enamorada del amor. Y de mi sangre, y mis tradiciones, y a o que me siento arraigada frenéticamente, unida. Como un árbol a sus raíces, quizás puedas arrancar un trozo y este probablemente se dará en otro lado,pero, su lugar, su origen, es uno. Y ahí estará siempre el rastro de aquel viejo árbol que ahora da sombra y fruta, pero comenzó siendo una semillita. Así soy yo. Así quiero ser. Quizás no esté siempre en el mismo lugar, y son pensamientos arcaicos para la mayoría, pero es lo que yo siento. Seré una pluma al aire, pero seré yo. El aire sólo irá a mi ritmo. No se trata de imponer, sino de usar a favor. En fin, el amor, el amor... A los hermanos. A todo. Amar por amar. No dejemos atrás lo que verdaderamente nos hace felices, ni a quiénes verdaderamente nos sacan una sonrisa con sus ocurrencias. Esos abrazos de manos tan pequeñitas que lo son todo, significan algo más que un recuerdo. Son un bálsamo para el alma, y siempre que el mundo nos echa su mejor tiro, esos momentos nos hacen esquivar el tormento. O más bien, nos recuerdan quiénes somos, para seguir adelante. Así es la vida. Ir hacia adelante, cada vez que nos alejemos del destino. Porque una persona que necesite de nosotros, quizás, sin darnos cuenta, seamos nosotros quién más necesita de aquellas personas. Espero poder siempre admirar a ñas mariposas al vuelo sin perderme nunca la idea de que algún día fueron oruguitas.
¿Y qué?
¿Y qué más, eh? ¿y qué sigue a todo esto? A toda esta... rabieta. A todo ese coraje. ¡Y qué! Pienso... pienso por dentro, muy dentro. Y es que yo sé que siempre soy así. Una niña caprichosa, una mujer sin nada más que pensar en el resto. Y es que eso soy, al final de cuentas. Pero ya no más. Voy a contenerme. Voy a seguir, con o sin las personas. No puedo andar haciendo corajes a cada rato, no puedo seguir irritada por nimiedades. Porque no es justo para esas personas sobre las que descargo mi ira, y más que nada, no es puesto para mí y mi existencia. Porque en ninguna mente cabe que tan semejantes ataques de ira vengan de una rabieta sin porvenir y sin futuro. Antes pensaba mejor en "vengarme" y regresar por doble la herida a la que yo me sentía sometida. Como un escorpión, ensartar justo y preciso el aguijonazo, atacar antes que ser atacada... Y eso sólo me hizo sentir mal. A mucho tiempo de las personas que quiero. Y ahora no ataco. Más bien,me quiero a mí misma. Me miro al espejo y me veo sonriente. Feliz. Salgo por mí. Hago por mí. Es parte de crecer.
Dejar de ser una niña mimada.
Salir adelante.
Escuchar más, aguijonear menos.
Sobrevivir... Eso haré. No soy como tú.
Dejar de ser una niña mimada.
Salir adelante.
Escuchar más, aguijonear menos.
Sobrevivir... Eso haré. No soy como tú.
Escribir y escribir
¡Oh, dios maldito! Cada vez se vuelve más un vicio esta condenada máquina. Más que eso, no puedo parar de escribir... ¿alguien me leerá alguna vez? No lo sé. Mientras, en lo que eso ocurre, ¡OH MI DIOS, NO PUEDO PARAR DE ESCRIBIR!
Escuchar a tu madre.
Qué tópico más extraño. Hablar a tu madre. Suena hipócrita, en ocasiones, el mencionar esto. Al morir, ponemos flores en exceso, porque la culpa pesa más que el agradecimiento. Quizás debí pasar más tiempo pensando en mi madre. O quizás no. O estuvo bien como lo hice y sigo haciendo. De cualquier forma, ya lo hice, ¿no? Pueeeessss..... A lo que sigue. El "next" de mi vida. Me gusta oírla. Me encanta... su conocimiento. Y el poder que yo tengo de transformarlo en algo más útil para mí, de desecharlo o de ponerlo en un pedestal hasta arriba de mis ideales. El conocimiento es poder, y el poder es hacer. Haré que valga la pena toda la saliva que mi santa madre gasta en mí.
Estadísticas y más estadísticas.
¡Blah! o ¡bleh! Número y más números. Eso es lo que creo que piensa la gente cuando ve tantos números, ¿no lo creen? Pues no. Cuando yo veo números veo formas, detalles, opciones y posibilidades. Un "2" no es nada más que una idea ú objeto que tenemos a nuestra merced para moldear tal cuál queramos a nuestra voluntad. Las matemáticas, con un poco de imaginación, son algo fascinante. Muchos creen que los números son cosas de cuadrados o personas aburridas, pero no es así.. Porque los números son la base de nuestras ideas. Las pirámides de l raciocinio humano, la cúspide de nuestro pensar y un regalo de nuestros ancestros. ¡A qué conclusión hemos de haber llegado para inventar un lenguaje ta complejo! ¡Algo tan completo que crece y crece cada día más! No somos cuadrados, somos formas. Un 2 puede ser... un "nací el 2 de enero" y eso te dice que eres capricornio, que eres un ser vivo porque naciste, que conoces el tiempo y lo sientes porque conoces las unidades, que conoces el número dos, y que probablemente sepas hablar o escribir, y con ello, significa que sabes leer. Y si sabes leer y que es un 2, probablemente de igual manera significa que antes ya habías visto un 2. ¿No es impresionante eso? Un 2 es... magia. Y eso que ni siquiera es mi número favorito (creo que es el 8, a saber, soy muy cambiante). Un "2" puede ser un patito. Eso lo aprendí de un cuento. No recuerdo el nombre. Pero un niño arregla un reloj, y cada número era feliz a su manera, pero, arreglando al reloj gigante, todo volvía a tener sentido. Era la solución a nuestros problemas (en ese momento era también asunto mío,ya que yo leía la historia y el personaje pasaba a ser automáticamente un protegido mío, al menos, durante ese momento). Los números son todo, menos aburridos. Los números son magia. Y por ello quiero ser actuaria. Espero serlo. Espero lograrlo. Más que eso. Voy a hacerlo.
Faltas ortográficas.
¿O eran fallas? No lo sé, digo yo como vaca que son faltas, porque faltan. La ortografía no falla, simplemente, no está ahí. Quizás no en todo el texto, pero sí al menos en una palabra, ¿no? Porque, por ejemplo, si omitiste un acento, no es que hayas "fallado" al ponerlo, es que simplemente "faltó" ponerlo. ¿Me explico?, ¿no? Oh, bueno, ustedes se lo pierden y yo me lo guardo. Eso pienso siempre que escribo, porque, je, je, curiosamente siempre me como letras, olvido separar palabras, o cosas así. Y no me arrepiento para nada, porque, aunque vuelvo a releer y me doy cuenta de ello, siempre espero con ánimos que se entiendan mis historias, más allá o no de que me haya faltado o saltado algo importante. Que en la vida todos seamos fallas, y no faltas, porque al fallar podemos corregir, pero si faltamos, ¿habrá algo qué corregir? Lo dudo, camaradas. Lo dudo.
Adaptación.
Eso es lo que siempre busco y espero obtener. De cualquier manera, el blog sufrirá una ligera remodelación. Dios bendiga la tecnología, y la moda. Y creerán que porque hablo mucho de Dios soy una Catoliloca que no hace más que rezar. Para nada. Pero es una expresión que uso mucho. Porque hablo demasiado con Dios, y conmigo misma y ya no sé a quién más recurrir en esos momentos. Así que... Dios, estamos bien. La fé es importante en mi vida. Yo soy importante. ¡Vivan los cambios! Anexo fotos del antes y el después, cariños míos.
No me gusta comer.
Lo digo en serio. No me agrada comer. En lo más mínimo. Justo ahora, tengo hambre. Pero no quiero. Me duele la cabeza. Quizás pruebe bocado a un pan o a unas papitas... Dios, perdóname por no disfrutar de lo que nos das y de uno de los placeres de la vida. Maulló el gato en la noche, mirando al cielo.Siempre que tengo hambre pienso en eso. Me da tranquilidad.
Hola, ¿qué tal?
Como bien he dicho, hace mucho que cambié. Simplemente con mi música, ahora escucho otras cosas, y de vez en cuando, las mismas que puse en mi blog. Porque así da de giros nuestra existencia. Hace poco, retomaba un tema: la gente vive como si nunca fuera a morir. En su intento de transmutarse en algo inmortal, se olvidan de la fragilidad y lo efímero de nuestra existencia, y de cualquier cosa en sí. Más si se compara. A algunos les amarga, pero a mí me trae calma. Siempre recuerdo la muerte. Y no con miedo, sino como un descanso, una paz, una bonificación por haber vivido como te trajo en gana. Seas como seas, la muerte te trae algo. Yo creo que algo más que infierno o paraíso, te trae descanso y la posibilidad de retomar el mundo otra vez y volver a intentarlo. Como animal, como humano, como... aire. Como una flor. Como lo que sea. Pero para que hagas las cosas bien. Eso creo.En fin, quería comentar que hoy fue un día hermoso. Pedí trabajo por primera vez.Y fue muy amable la chica que me atendió. No sé si sea así con todas las demás solicitantes, y dudo mucho que ese "te confirmo mañana con una llamada en el transcurso de la tarde" sea en realidad que me contrataran. Durante el momento que duró la entrevista, me sentí inmensamente feliz. Como que sí podía. Como que sí lo hacía. Como que... como que era yo una amiga suya, de aquella reclutadora que ni siquiera tuve la cortesía de preguntar su nombre o saludar (malditos nervios traicioneros). Contaré con lujo de detalle (al menos en o que cabe) mi anécdota de la primera vez que fui a pedir trabajo (y en el que espero inmensamente ser contratada). Me paré temprano, me vestí casual y bueno, eso es sin importancia, creo. El caso es que llegué, mi familia se quedó esperando afuera, sin presiones. Mi madre me miró con una cara que, con 19 años de experiencia a su lado, sigo sin poder descifrar en su totalidad. Sólo me miró como ella me puede mirar (lo digo en serio, si alguien más me mirase así le daría una paliza o al menos un insulto) pero en ella es... aterrador, como menos. Porque no sé qué significa. No sé qué sea. Y me duele, me lastima, me quema, me pulveriza en un pestañeo. Quizás sólo yo noté su mirada, porque nadie más a mi alrededor hizo algo. Podría jurar que se había detenido el tiempo. Al menos... por un instante. No respiré acelerado ni sentí mi corazón al mil por hora. Más bien, entré con una sonrisa, un paso torpe, una voz firme, mis audífonos y mucha timidez. Me sudaban las manos. Fue... hermoso. Me gusta sentirme nerviosa, al borde las cosas. Actúo mejor así. Cuando cerré esa puerta, supe que jamás en mi vida nada volvería a ser igual. Y eso me gustó. Me gustan los cambios, más que la estabilidad, porque aunque me den miedo, siempre salto hacia lo diferente. Me he dado de topes contra la vida, pero la he disfrutado muchísimo. Digamos que recuerdo tanto la muerte que me he vuelto temeraria.Incluso, al venero como la Santa que es y con todo el respeto que se merece. Al igual que Dios, al igual que la vida y todo en lo creo y considero sagrado. Soy una persona de mucha fé, y créanlo o no, creo que eso es lo que me mantiene de pie. Mi amor y fé en las cosas... en todo. En verdad creo en todo. No puedo dudar de casi nada, porque la vida es eso la expectativa, la ilusión, la... creencia. Cree en el mundo mejor y se hará realidad. Cree en tí mismo y te realizarás. Mientras escribo esto, suena mi canción homónima que pusieron mi nombre en honor a esa pieza de arte.Me gusta demasiado. Siento que me queda algo así. Habla de desamor y amor, con un lazo fuertísimo. Creo que mi vida es eso. Un constante sí o no. Me pregunto si así serpa la de los demás. Siempre que veo gente por la calle me imagino sus vidas o hacia dónde irán, qué harán, edad... me hago una biografía miniatura de aquel espectro que camina a mi lado, ya sea que lo vea todos los días o que sólo la casualidad dio el momento oportuno de vernos por lo menos una vez en la vida. Y no espero que me noten, de hecho, espero no ser detectada. Me gusta que no sepan ni quién soy, aunque casi siempre termino siendo reconocida por todos (que tiene sus beneficios pero a la vez no me agradan del todo). En fin, siguiendo con lo del trabajo, me acerqué al mostrador, pedí informes sobre la contratación, y mostré mi solicitud. Me pidieron que tomara asiento, que en un momento me atendían. Y eso hice. Creo que, dentro e todo, soy obediente y buena acatado órdenes.Pero dentro de mí arde el poder del liderazgo. O algo más. Quizás egoísta. Pero es una llama que arde, que quema y que ni siquiera me molesto en ocultar. Durante la entrevista, me pidieron mis motivaciones, que hablara de mí misma. Que fuera honesta. Dije y contesté con toda la verdad, aunque algo raro o de imprevisto fue que, al tomarme la mano la reclutadora, yo las tenía sudorosas. Y hacía un frío de perros. Pero no me sentí avergonzada, Casi ni lo noté, ni me importó, de hecho. Creo que actué bien. Contesté honestamente. Me sentí bien. A esperar los resultados de aquellas pequeñas accione que formarán una historia en el futuro, ¿no creen? Por supuesto que sí. Cada día es una historia... A la reclutadora, le inventaré una historia, porque ni siquiera sé nada de ella. Era muy guapa, bonita, aunque no tan natural. O algo así. De sobrenombre,le diré "caballito" porque traía unos tacones color piel altísimos, que no creo fueran cómodos. Y sonreía bonito, pero con dientes algo... no tan uniformes. Es caballito. Seguramente se llamaría Ana, o Karen, Katherine o Karina. Todas las que llevan ese nombre son hermosas. Cejas gruesas, piel blanca, cabello castaño por debajo del hombro. Estatura promedio (¿1.60?). Los tacones engañan, pero estoy segura que mide más que yo. Pelo lacio, lacio, demasiado... lo que más me gustó de ella fue verla sonreír. Lo que menos me gustó fue su tono algo... inconciso. De su ropa, me gustaron sus tacones.Lo que no me gustó fue su tan camisa (era tan irrelevante que ni siquiera la recuerdo con exactitud, y eso que yo me alimento de los detalles). Era delgada... Fina. Oh, caballito, donde quiera que estés (probablemente trabajando) te ruego te apiades de mí y me contrates. Tendrás 20 o 21 años, si es el caso, 1 o 2 más que yo, pero por favor... Sigue siendo tú. En fin, ¿quién quiere comer?
Como siempre...
Sin orden. Siempre he sentido que la vida misma es así. Porque no le encuentras sentido a nada. O porque quizás en realidad nada lo tiene. En fin, como finalidad de continuar este proyecto que dejé arrumbado hace un buen tiempo (no le veía ninguna utilidad más allá de aprobar la materia, pero, ¡oh, demonios!, ¡qué equivocada estaba!) creo que es momento de continuar lo que empecé, y no le veo un final para ser exactos. Creo que lo tomaré como algo para relajarme y desestresarme de la ida que nos rodea y que rara vez siento que nos llene... O al menos, no en totalidad. Siempre siento que hay algo más allá de lo que puedo tener o alcanzar, siento que hay algo más para mí. En todo. Nunca he podido conformarme únicamente con lo que tengo. Siempre he querido más y más, pero hallo el límite en la paz que rara vez, pero que milagrosamente., siento de vez en cuando.Cuando miro al cielo... o a las estrellas, es cuando realmente me siento satisfecha conmigo misma y con lo que he hecho en mi ida y DE mi vida. ¿No es eso la felicidad, acaso? Es lo que nos venden en la mayoría de los libros, así que espero que eso sea, porque sino... No me imagino mayor placer que el que alcanzo cuando me siento en ese éxtasis de pensamientos. Porque eso es el mar, un cóctel de ideas, la ida misma... "El mundo de las ideas" leí por ahí. Como decía, o creo que iba diciendo, creo que escribiré para descargar sobre el resto de mortales que se dignen a leer esto, mis pesares y alegrías. Mis pensamientos y ocurrencias que se me vienen a la cabeza en cuanto tomo la máquina y comienzo a presionar las teclas como poseída. Porque nunca vengo con una idea definida o clara, sino que pasa y en verdad que sucede, sólo es seguir la corriente, siempre hago eso. No sé si esté bien mal, pero hasta la fecha me ha funcionada. Y ustedes dirán: "ohhh bueeeno, vamos, ¿por qué no te has comprado un diario? Niña tonta". Bueno, sí. Lo pensé. Lo pensé laaargo y tendido. Pero creo que no. Me gustaría que alguien más, aunque fuera una sola persona, se enterara de lo que pasa en la vida de una adolescente cotidiana. Porque, seamos sinceros,yo sé que mañana leeré esto y me reiré como boba, por haber visto con estos ojos una realidad totalmente diferente, pero que en este momento me parece nada más que lo único en mi vida. Porque estoy cerrada ante otras puertas que espero en algún momento lograr abrir. Con cariño, con amor... Creo que me excederé en esta entada, porque lo vale, porque lo algo y porque lo necesito. Bien, he cambiado tanto desde que hice este blog. Era una niña ruidosa que recién entraba a preparatoria. Y ahora, a punto de finalizarla, mi vida da (y dio) tantos vuelcos, que en vez de tirarme, me enfurecieron y me hacen darme cuenta de lo afortunada que soy y de lo que he pasado... Que puede no ser la gran cosa, pero en mi vida, donde yo soy protagonista, lo es todo. Y no hay más. O bueno, sí que lo hay, pero por el momento esto ocupa mi cabeza todo el día. Y todas las noches. Y todo el tiempo. Y quizás, toda la vida, pero espero que estos recuerdos se tornen con un poco de tono más meloso en un futuro, para que mis metas se aderecen con esa azúcar que rara vez se siente cuando terminas algo corto, sino que más bien son gratificación de un gran esfuerzo y dedicación. Como una autopalmadita de "lo lograste, pequeña ******" (omitiré mi nombre porque quizás nos conozcamos algún día y me gustaría mantener esto en el total anonimato, al menos en la medida de lo posible) y bien. Así es la vida. Así son las cosas. ¿No? Ojalá... Sí, así serán.
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