Todo era más bello bajo el cristal de su mirada. Ella era tan fría, ella era tan blanca, era tan bella. Llegó a mi vida como por una equivocación, no tenía problemas pero fue la solución, juntos recorrimos muchas horas hasta el amanecer... Ella era distinta, era distante, era esquiva y se ocultaba. No era sólo mía, lo entendía, la compartía y la negaba. Éramos uno siempre detrás de la puerta, tan elocuente y elegante, tan despierta. Pero una noche, vislumbré todo lo que iba a perder... Y tuve que decirle que no, tal vez en otro momento. Y tuve que decirle que yo, ya no era el mismo de ayer. Y tuve que decirle que no, dar vuelta y retroceder. Y tuve que decirle que no... ya no. Ha pasado el tiempo y el recuerdo, y aún seguimos olvidando. La vida sigue inexorable, las heridas van cerrando. Entre rincones la percibo, aún la veo, y me sorprendo reprimiendo algún deseo. Ese suspiro no tendrá lugar. Ese suspiro no tendrá lugar... ¡y tuve qué decirle que no! Tal vez en otro momento. Y tuve que decirle que yo, no he vuelto a ser el mismo de ayer. Y tuve que decirle que no, tal vez en otro momento... Y tuve que decirle que yo, ya no... Ya no.
Una oda a lo que sentimos... al menos yo lo siento. Aún...
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