lunes, 12 de marzo de 2018
Hoy.
Otra vez soñé contigo. Si, una vez más. Fue glorioso y un recordatorio punzante de lo poco que te aproveché, una puñalada certera del karma... Te veía. Con ese pelo revoltoso y esa sonrisa amigable. Con esos ojos redondos y esas pestañas inolvidables. Me sonreías, me abrazabas y yo te besaba con ternura cerca del cuello. De reojo, nos miraba ..... y se enojaba. Nos daba más bien risa que vergüenza. Tenías un perrito, cojo o ciego, no recuerdo bien, al que yo prometía encontrarle su pieza definitiva que lo completara, en pos de que tú me completas a mí. No recuerdo el final o si lo tuvo, y lo que sigue honestamente me da igual. Lo que sí recuerdo es que si te vas... pagaré todo el daño que he hecho. Eres lo más preciado que he encontrado, eres mi... amor fresco y puro. Si algún día te vas, que inminentemente sucederá, habrás dejado a una mujer rota y desconsolada, pero habrás ganado tu libertad. Y espero que para tí, eso signifique tu felicidad. Me reservo el derecho de ver cómo ha quedado este escrito, en honor de que tú lo hagas primero, y yo no mueva nada hasta tener la única vista que me importa: la tuya.
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