domingo, 25 de febrero de 2018

Entrada antigua #3

Todo acabará.

Dos gatos miran pensativos la ventana.Uno juega con el seguro y el otro se limita a contemplarlo. El primero es inquieto, travieso y algo picarón. De mirada frívola y un color pardo que lo hacía verse muy distinguido. El segundo era frágil, algo pequeño, tibio y agradable.Ojos tigreños y un lindo color doradito, semejante a un pan tostado por la mañana.

Los 2 eran grandes amigos, como si se conocieran de años. Sonreían al mismo tiempo, se sentían uno con el otro.

Cuando se miraron al espejo por primera y única vez, se dieron cuenta que su reflejo no era gatuno. Eran larguiruchos, blandos y color rosa pálido. Y estaban en dos piernas.

Aquel fenómeno los fascinó para siempre. Tanto, que cada mañana buscaban su reflejo en algún sitio. Pero en cada lugar, veían lo que eran, a fin de cuentas, simples gatos.

Pero, una noche más clara que de costumbre, empezaron a hablar y a razonar. Intercambiaron ideas. Pensamientos. Cambiaron de forma. Crecieron sus extremidades. Se les cayó el pelo. Recordaron. Y se escondieron entre las sombras, tomados de la mano. Volaron, hechos mariposas nocturnas. Se fundieron con la luz.

Y es que esto de reencarnar, no se les daba tan mal al final.

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