jueves, 19 de mayo de 2022

20/05/22 1231

 

A veces, desearía tener con quién hablar sobre las cosas que pienso o siento. Pero realmente no tengo a nadie que me entienda o me pueda apoyar de la forma que deseo. No me refiero meramente a que me den en la boca las cosas. Sino que, me pueda orientar. A tomar decisiones. No una persona tibia o indecisa o indiferente como quizás yo misma soy. Sin poder dar el paso. Necesito una consecución. Necesito un objetivo. Y lo necesito ahora. Me pregunto, ¿algún día podré realizar todo esto? ¿Con quién puedo hablar? No estoy segura… quiero una guía. Una orientación. Una estrategia. Una palabra.  Un aliento. Algo que me ate y me obligue. Aunque tenga qué pagarle. ¿Pero esas personas existen? Cuando menos, escasean en el mundo. De eso estoy muy segura. Yo me pregunto, Dios, ¿qué puedo hacer para ser esa persona que deseo ser? Tengo mucho miedo del futuro y de lo que venga. Desearía, Dios, poder hacer más o dar más de lo que tengo. Pero es justo eso. No tengo nada más qué dar. Qué pequeña soy que una tormenta me tira al menor soplo. No quiero compartir esto con nadie. Y aquí estamos. Ojalá, la gente pudiera entenderme. No sé cómo sentirme.

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